domingo, 29 de noviembre de 2009

Erotismo Poético Chileno


“Poetas en la Ciudad Erótica”
Santiago de Chile, 2009

Un adelanto de la Nueva Publicación


Karin Artigas
Sebastián Navarro Arcoverde
Jaime Antonio Guzmán
Leo Lobos
Christian González Díaz
Ximena Israel
Damaris Arriagada
Henry Aldea
Rodrigo Barrera San Martín
David Muñoz Salazar


Karin Artigas

Nace el 3 de Octubre de 1975, en Santiago de Chile. Poeta y narradora. Publicista de la Universidad de Santiago y Diplomada en Escritura Audiovisual (Guión de Cine y Televisión) de la Universidad Católica de Chile. Participó dos años en el taller de narrativa del escritor Poli Délano. Ha ganado dos concursos de poesía en su país, fue finalista en otros y ha publicado en cuatro antologías poéticas: “Le porte des poetes (Homenaje a Pablo Neruda)” Francia, “Paseo en Verso" México, “En un lugar de la memoria” Chile y “Horizonte Lejano” España. Colaboró con las revistas literarias chilenas Hipopógrafo, Animalfabeto, y Letras de Chile. Sus cuentos, poemas y artículos se encuentran disponibles en distintos sitios web.


DE “TEXTURAS INTIMAS”

Receta de Cocina

Cuando tus manos rozan mis poros expectantes
No soy otra que una vasija de plata,
Me vuelvo toda de agua, toda de azúcar
Ablandada por tu fuego lento ambarino.

Con recursos de maicena y canela
Me vas espesando la sangre
Y en mi piel el almíbar cristalino de tu lengua
Se va esparciendo con lujuriosa cadencia.

La lavadura de mis pechos se expande
El pan mullido de mis muslos se abre,
Para cobijarte en mi medianoche chocolatada.

Y es entonces cuando se mezclan nuestros ingredientes
Arrebatados en un horno de mil vaivenes y gemidos,
Entre arreboles de placer y burbujas cansadas de suspiros.


Geografía

En cada calle,
En las montañas que amasas y degustas
En los bosques enmarañados,
En los océanos profundos de mi vientre
Corren tus aguas salinas.

Tus dedos de alabastro
Erizan mis sentidos con caricias,
La lámpara de tu risa
Perversa y acuosa,
Saca arpegios acallados por mi piel.

Tu lengua húmeda surcó mi arcilla
Tu saliva la convirtió en cieno fecundo,
Tus manos modelaron mi cántaro infinito
Donde sacias tu deseo
Bebiendo mis torrentes agridulces.

Es en tu luz crepuscular donde cabe mi penumbra
Es en tu carne donde amortiguo mis pasiones telúricas,
Es en tu voz donde se escriben mis ecos
Y es en tu follaje donde abrigo mis preguntas.

Tú a mi lado, tú a la distancia
Tú, perdido entre la gente
Tú hombre, tú estío
Tú, volcán derramador de fuegos siderales,
Artífice de mis lágrimas
Orfebre de mis resplandores nocturnos.


Mío

Lee mi mirada,
La textura candente del fulgor de mis pupilas
Aquella luz punzante donde dice que me perteneces.

No es que sea dueña de tu cuerpo
Pero cada roce de mis caderas con tus piernas
El ángulo agudo de mi mirada
La inclinación pueril de mi cabeza
Son mil hilos que te atrapan.

Y es que a veces se me desata un vil veneno
La manía de que sientas
Que ya no puedes más de locura,
Que el deseo turbulento de tus manos
Sólo se calma al seguir el camino de mis senos.

Y otras veces, mil veces
Quiero ser la dueña de tu sangre
El compás de tu pulso,
Y la imagen sagrada
Por la cual derramas cada gota de tu néctar.

Quiero que tu boca
No necesite mas complemento
Que mis labios y mi ombligo secreto
Que tus urgencias
Sólo atraquen en mis puertos,
Y que tu olfato de centauro alzado
En cada poro de mi cuerpo
Encuentre una respuesta acertada.

Lee mi mirada,
O con tu lengua
Recorre las líneas cóncavas de mis manos
Auscultando las premoniciones ancestrales de mi deseo
Vislumbra como esta escrito
Que tu vientre, tus manos, tu sexo;
Tu ser entero me pertenece
De la sangre hasta los huesos.




Sebastián Navarro Arcoverde

Una bestia que ama.


Poemas del hielo al agua y al cielo

I

Ovalo corazón
Perdido camina
Se entrega y encuentra
Regresa a si misma
Te comprometes casas separas
Mar de lava
Lo que consumes lo amas
Secreto tuyo y mío
Rosada.


II

Inocente inicio
El camino es claro
El paciente sano
Tiene toma demora
Termómetro listo
Se inicia la obra
Un dos un dos
Al compás
Un dos un dos tres
Llegamos
Cuatro largos
La amenaza es por la espalda
Se concreta el delito
Finaliza la obra


III

Brillo ocular
Calor oculto
Tienes frío me acerco
O Calor me alumbro
Bis dice la canción
Zigzag pélvico adjunto
El roble en el bosque
De la flor al nido
Plano horizontal sobre cabeza
Tomamos la siesta
No era el agua de la vida
Le gusta la miel en bombilla
Tus ojos vidriosos me enamoran
Cósmica presencia
Gritas lloras
Ya no es aquí
Ni es ahora.



Jaime Antonio Guzmán

Poeta y Dramaturgo de oficio. Nace en la ciudad Concepción en 1972. La impresión sobre el espacio y el tiempo son factores cruciales en la obra de este poeta, urbanizando su prosa y remontándolo inevitablemente a escribir desde y no para los excluidos. Licenciado en Trabajo Social, reconoce sus versos como una herramienta personal para sensibilizar y como una invitación abierta a la defensa de los derechos de las personas. En 1993 Funda, junto a un grupo de amigos, el Taller Experimental de Expresión Artístico “La Corbata” y cuya última presentación teatral se realiza en diciembre de 2007 con la obra de su autoría “La Alianza de la Mamushka”.

Conocido más por su dramaturgia que por sus trabajos poéticos en Chile, publica el año 2007 el libro de Poesía “Versos y Adversos del Corazón a la Conciencia”. Produce el Libro de Antología "Poetas en la Ciudad", que prologado por el Maestro Patricio Manns, compartió la publicación con los poetas Christian González Díaz, Damaris Arriagada y Sebastián Navarro Arcoverde, libro que fue presentado en el marco de la XXVII Feria del Libro de Viña del Mar, en enero del año 2009. Su última publicación, “Corazón Verde Oliva (o épica sobre dolores mientras pare la mamá de la Mariana)” en Mayo 2009, lo posiciona como referencia de la poesía temática, con la Violencia Intrafamiliar y el Femicidio como ejes de sensibilización en esta producción. Se autodenomina poeta integracionista, siendo la promoción y defensa de la integración y el intercambio cultural con el pueblo Boliviano su última propuesta de concientización.


Mi vieja, si ya estoy grande

Mi vieja, si ya estoy grande
no me prepares para mañana
que todo se ha vuelto tan confuso.

No me recalques el error
ahora que estoy desnudo para ti
y mi segunda vez te fatigue.

De repente hablas bajito
y tu voz de señora perdida
no se atreve a cantarme al oído.

Qué pasa mi belleza azul
que tiembla tu mentón como el miedo
de mis muchos encuentros perdidos.

Estoy a punto de echarme
por mi propia cuenta de aquí fugaz
si tu sonrisa vuelve a esquivarme.

Entiendo, creo que entiendo
aunque tu boca muerda las ganas
de besar mi inexperiencia otra vez.

Todo gira en mi cabeza
porque has volteado mezquina y sutil
escondiendo tus dolores de mí.

No quieres oler mi espalda
por no clavarte en ella como ayer
o dejarme para siempre arañas.

Porque no me tocas así
supongo que lo que escondes me hará
llorar por quince años más tus manos.

Ya no me miras cuando hablas
ni te atreves a decir que me amas
cuando tus ojitos en mí se pierden.

Y porque sé que se pierden
es que mi frente no se fruncirá
para que no pienses que estoy mal.

Ya no me miras ni me hablas
aun cuando espero como un loco frío
detrás de ti un solo gesto de amor.


Mira, cómo te sorprendo

Mira, cómo te sorprendo
desnuda sobre el sillón del cura
cuando todos suponíamos que sensata tu fe
yacías sobre los pies del Cristo Redentor
besándole los clavos ensangrentados
besándole el dolor
o al menos besándote a ti misma tus bobinas
de presuntuosa abadía.

Pero no, porque no yacías desnuda ante la Santa Cruz
ni la sombra del calvario cubría tu espalda
empapada del aire reñido
o del vicio de la tensión por la falta de ventilación.

Porque morías de placer
maldito placer
mojada como una bendita perra de sacristía
mientras esa espalda
sureña espalda sudada
encorvada como rezando
se espantaba cuando mi entrada, así
irrumpía sobre la imagen sagrada de una mujer amando.

Pero no rezabas, mi hermana
sucumbías encuclillas sobre la cadera del hombre
que sentado como un ídolo egipcio
en su era exodoidiana
no lamentó que subieras y bajaras
como una persignación
por la bienaventurada gracia del nieto del hijo del Padre.

Pese a tu desnudes de novata adolescente
advertí que él no te miraba
como sintiéndote en un lejano recuerdo preclerical
a voluntad, a conciente voluntad
sin pretenderse al pecado
y saberse recordando simplemente dentro de ti.

Aun cuando su rancio potencial se estremeciera, creo
en la matriz de tu fortaleza
procuró dejarte llegar al cielo en su don
justo cuando su semen corroyó tu vientre
como Santo Grial Penquista, supuse.

Y me miraste en él mismada
mientras sus manos no te tocaban
ni sus ojos se extasiaban en la belleza de tu cintura
Por ser sánscrito
cuando sólo tú, mi morena frustración
sin el ímpetu de su control
con su debilidad
le seguías coqueteando en la pelvis como una serpiente
en plena intención de constricción
a las orillas de un ratón atormentado.

Y me miraste perpleja desde el tálamo cuerino
roído por el ritual
me miraron
y no fui capaz de celebrarte en tu muerte
(o en la resurrección de tu primera vez)
resintiéndome en mis propias oraciones
de banal espectador.


A Verónica Vergara Escalona

Todo se ha vuelto lento de repente
Todo torpe y trivial como las piernas mías
Cuando el asalto en Santa Rosa, el silbato
El atropello del taxi y el cabro chico con la bolsa
Ocurrían al unísono lánguido y borroso
Como una película en cámara lenta
Advirtiéndome tu llegada.

Era la negra que venía
Y ya nada importaba porque todo pasaba
Calmo por el zigzagueo de esas caderas
- ¡Las tuyas, negra, las tuyas! -
Esas incandescentes ancas
De cosmopolita atrevida
Que me emborrachaban sin misericordia.

Venías leyendo La Última Niebla, ondulada cabellera
Soberbia como heroína bombaleana
Y en tu morral antisistémico
Escondías el presente de mil mujeres analfabetas
Y el boceto de tus pechos gritando al grafito
Junto a la amortajada manía de escudarte feminista.

Negra, mi negra, nuestra mujer
Cómo puedes permitirme en esta oda
Esperarte del otro lado de la calle
Y sonreírme para seguir leyendo y pasar de largo
Como suponiéndome en el momento, en esta hora
A una Huilliche porfiada camino al norte
Altanera, intacta, sugerente, profesora de historia
En medio de tantos aromas inmediatos
Y yo desierto en las brumas estelas de tu camino.



Leo Lobos

Nace en Santiago de Chile, en 1966. Es poeta, ensayista, traductor y artista visual. Estudios universitarios de filosofía, castellano, bibliotecología y comunicación. Co-fundador del movimiento cultural "Pazific Zunami" junto a los artistas visuales Alex Chellew y Rafael Insunza a finales de los años noventas. Laureado UNESCO - Aschberg de Literatura 2002. Ha sido poeta residente en el Centro de Arte de Marnay-sur-Seine en Francia los años 2002-2003 y en Jardim das Artes en San Pablo, Brasil 2004-2006. Ha sido invitado a leer y publicar sus poemas, ensayos, ilustraciones, fotografías y traducciones en medios culturales de Chile y otros países.

Parte de su obra ha sido traducida al inglés, portugués, holandés, francés, italiano y alemán. Ha realizado innumerables exposiciones individuales y colectivas, sus pinturas, ilustraciones, poemas visuales y dibujos forman parte de colecciones privadas en Francia, Brasil, México, Estados Unidos y Chile. Ha traducido al castellano a los poetas brasileños Hilda Hilst, Roberto Piva, Claudio Willer, José Geraldo Neres, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz, Chris Herrmann, Tarso de Melo entre otros. Dentro de su obra poética, destacamos las publicaciones: Cartas de Más Abajo (1992), + Poesía (1995), Ángeles Eléctricos (1997), Camino a Copa de Oro (1998), Perdidos en La Habana y otros Poemas (1999), Cielos (2000), Nueva York en un Poeta (2001), Turbosílabas (2003), Devagar (2004), Un sin Nombre (2005), Nieve (2006), Vía Regia (2007) y No Permitas que el Paisaje Este Triste (2007).



Palpita, Cruje, Aprieta, Empuja, Estalla

1

“Nace en las ingles un calor callado,
como un rumor de espuma silencioso”
Rafael Alberti


Busco ahora entre tus piernas
el centro del centro mismo que lamo y lamo
suben y bajan intermitentes mis manos tibias y silenciosas
de tus caderas a tus senos
siento tu cuerpo estremecer bajo mi lengua
mientras el mío se estremece con los sonidos que salen de tu boca


2

“Esto que te advierto mujer es serio
así no puedas escuchar mi tono amenazante:
no vuelvas a ocupar mi cuarto
porque no respondo por mis actos”
Hernán Darío Blair T.



Manos y labios
de pubis a pezón
del cuello a la boca
tu cuerpo desnudo es lo que soy
el agua
tu nombre
la palabra que abre un camino nuevo entre tus piernas


3

“Carbón ardiente y piedra de horno
en esta tarde fría de lluvia y de silencio”
Nicolás Guillén



Tus senos desnudos entran en mi cama
así de largo es el viaje que requiere el amor
te miro
te presiento
te deseo
te acaricio
te beso
te olfateo
te abrazo
te lamo
te penetro
y me entrego a ti.


4

“De noche toqué tu carne desnuda
mi lengua deambulé por todas tus partes”
Ilhan Berk


Tu vientre la rendición y el deslumbramiento
la convulsión el parto de la tierra
retrocedes y avanzo a ti
acompasadamente
contraes te contraes
de tu piel a mi piel
abrirse
acercarse
húmedos y juntos




Christian González Díaz

…Nacido en una ciudad.


Patria de sangre, única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo, única puerta al infinito.
(Octavio Paz)


Ciudad Erótica

Duermes mientras te busco
trabajas cuando mis horas se presentan
sueñas cuando vuelvo del viaje que te busca
estudias cuando mis palabras quieren ser tus respuestas.
Aquí estoy
en el ir y venir de siempre,
entre que estas aquí y te siento
entre que escribes,
te leo,
te escribo
te pienso
entre que eres te sueño,
bebo de tus poros
en este y en otros momentos.


El cuerpo es resbaladizo amor mío
(Ilhan Berk)

Ciudad Erótica Uno

A veces cuando te miro desde arriba
imagino los edificios como seres
las casas como seres menores
las calles como calles interiores
cierro los ojos sólo un poco para recordar lo que sueño.
En la realidad busco la señal
pinto las fachadas con mi brocha
llego firme a los recovecos secos ahora húmedos
clava la brocha en la piel con mi pintura suavemente
las murallas muestran las grietas del tiempo,
brotan las vertientes entre sismos oscila hasta caer sobre los seres
pintándolo todo, cerrando los ojos, descansando en paz
cierro los ojos de nuevo para recordar lo que sueño
cuando te miro desde arriba y veo tu espalda
salto los muros y escapo dentro de ti
arrastrando tu piel sobre caminos
inventados por el movimiento.


Ciudad Erótica Una

No quieras lo que no tienes,
quiero que me encuentres, jugar despacio a escribirnos
ver tus letras que me dicen que estás aquí
bien cerca.
Pasar por ti al hotel
y perdernos en un nuevo abrir de puertas cerradas,
asomar la mirada y mover las cortinas
volver a cerrarlas y verte atrapada
en la habitación
sobre la cama,
sobre la alfombra,
sobre tu sudor y tu sombra
piensas que pegada la piel no hay distancia.
Te fundes entre las maniobras que se abaten del alma
sudas las palabras que me apuntas en la mañana,
llego de nuevo y bebo lo que me cuentas
te suplico que creas mis deseos se pronuncian
para convencerte mientras obstruyes los ojos
me persuades tú misma que tu hircismo acabado,
me abarcas tiernamente pasmada en otra galaxia
atasco los sentidos, eres todo lo que me cerca.


Tiempos Modernos

Mi índice presiona
la musiquilla del ventilador apasiona mi esperanza,
la contraseña conecta
avaricia que nace
la cámara muestra lo que ambiciona mi carne,
las letras emprenden a ensimismarse
oscila sobre mí resbalando mis manos
la imagen sobre la mía que es la misma
en punta de pies a media noche como es costumbre.
Para el desayuno, el café sobre la cama
cruza la cordillera y llega a Buenos Aires
los temblores me los presentó la niña y la bestia
se viste del uniforme de otros años,
juega conmigo a examinarse
rendirle cuentas al regente para flagelarse
los deseos que la mueven agrandándola,
transformándola
dejando su flor como hortaliza sobre la mesa
del almuerzo familiar del domingo
bajo la mesa sin prenda interior
mis dedos teclean mi contento.




Ximena Israel Valenzuela

Santiaguina hija de una época oscura y hermana de la paz pactada. Va de la mano de lo intangible desde sus tiempos primeros. Creció junto a los miedos y a los silencios forzados de la tierra. Madre de carácter dócil, inexperta, y dueña de mil y una batallas.

Ha vivenciado Santiago, descubriendo sus rincones ínfimos y aprovechando sus escasas virtudes. Explotando en letras cada cierta cantidad de años.

Poeta recurrente y dueña de vaivenes literarios, que se refleja en sus escritos, su mejor biografía. Esta que gira insospechada y violentamente como una serpiente asustada. Ha llegado a puerto, dentro de un mar maravilloso y auspicioso, acompañada de su pesado barco, que todas las estaciones abre sus puertas a las sirenas y a tritón, que la lleva de la mano por la vida.

Sus escritos son su espejo, su carga, la mejor encomienda del destino…



I

Fumo y fumo
en el reencuentro con las letras
donde erotizo tus manos entre palabras
que sueles repetir cuando me tocas.

Fumo y fumo
y este pucho bocón me da las luces tenues
que brillan insistentes junto a tus miradas
tímidamente en mi cabeza
hasta que llegue el día
que baile para ti.

Fumo y fumo
en el reencuentro....
en tu recuerdo
logro aún escuchar tu voz frágil y segura
entre tus quejidos
me incitas
me llamas
me nublas...
y mis caderas calientes, imponentes,
te llaman
al tacto, al olor, al encanto.

Fumo y fumo
y mis pechos aún tímidos
no hacen más que sentir el hedor de tu boca
hedor que mezclado con matices ácidos y agrios
se acomodan entre tus dientes groseros
que no paran de recordarme
que te tengo
sobre mí.

Fumo y fumo
encapsulando en este humo
cada sonido
los aromas fatigantes
sintiendo otra vez inmóvil cada movimiento...
tenerte
irme -volver-
dormirme…
mientras mis sueños te llaman
al tacto, al olor, al encanto.


II

Cuesta volver a esas noches administradas con brío histérico
noches en que lo sensible tenía muy poco de sensual
noches en que me arrodille mil veces a la locura
pocas (muy pocas) al amor.

Robé con canibalismo y urgencia los recuerdos de esas camas
robé los cantaros vacíos
robé mi memoria y la despedí por mil vientos.

Las noches ya no me hablan de pieles frías
las noches son silentes
puedo sincera (acurrucarte) entre mis piernas
no necesito permisos, ni treguas.

Soy completamente capaz de diluirme
que acaricies (como quieras) mi vientre
sabiendo que las huellas que dejas
son cánticos que harían bailar (hasta) a las estrellas.


III

Se entibian mis manos cuando se trata de escribir
rememorando las ansias con que nos amamos cada noche
me desarmo

Se entibian
cuando rememoro las noches
en que mientras pienso en despertarte...
al amor
mis manos ansiosas y juguetonas se meten entre tus piernas
y logran dibujarte hasta los pies.

Se entibian
cuando se trata de sentirte sobre mí (casi dormido)
y te acuerdas

Me entibio,
contigo
para mí
para ti.


IV

Desafías mis ansias
una y otra
y otra
y otra vez.

Desafíame
por enésima vez

Desafías mis ganas de montarme
sin importar cuan imperfectos sean
mis pequeños y tímidos pechos.

Desafías mis instintos de querer morder tus labios
y quejarme.

No le temas a mis ansias
a mis ganas
a mi instinto…


Damaris Arriagada

Poetisa chilena, nacida en la Ciudad de Santiago en 1980. Se vincula con el género literario desde muy pequeña, en el año 2001 participa de un taller de literatura impartido en el Instituto Chileno de Estudios Humanísticos (ICHEH), Fundación Konrad Adenauer de la República Alemana, teniendo como profesora a la escritora Mónica Gómez. Su primera publicación titulada “Retratos”, la realiza el año 2002. El 2008 comparte antología poética urbana con prólogo del Maestro, Patricio Manns, titulad:, “Poetas en la Ciudad”.

Hoy se conecta y cobija sobre un acervo de emociones, en la espera del milagro. La maternidad, el amor son algunos de sus componentes, en este nuevo camino.


I

Seguiré el susurro impetuoso
De tu cuerpo

Seguiré la sombra de tu sol que me ilumina

Seguiré tus manos
Que se arrastran por mi costado

Seguiré las palabras
Deseadas y no dichas

Seguiré entonando la composición
Incesante de tu cuerpo

Seguiré sigilosa esta reminiscencia.


II

Amo beber en tu mirada
La incontinencia está olvidada
Por sendas seductoras, camino al idilio.

Siento el ardor que circula por tus venas
Cuando inspiras y acaricias

Cuando se impregna tu dulce olor en mis manos…

Y en un respiro bebo tu sudor blanco, claro y puro.

Mi lengua juega y cala
cala y crea
Crea afectos de placer
De fervor y nuestra sangre hierve.
Y tu sexo despierta

Nos tenemos!!!


III

Un festival silencioso se esconde en su nombre
Y mis manos son como la madreselva en busca de su luz.

Es el deseo al amor
A sumergirme en su mar de aguas claras.

En vagos sueños me llama
En mezquinas imágenes
Que caen gota a gota…es su sudor
Que moja mi orilla
Es el fin de la inocencia.




Henry Aldea Molina

Vine a este mundo un 28 de Octubre...
Escorpión (occidental) y Serpiente (en el chino).
Empleado por necesidad.
Pintor frustrado, enfermo por la música.
Periodista de profesión y Poeta por maldición.


El Descanso del Guerrero (Inicio)

...Porque la poesía es mi amante
y porque a veces las cosas nunca son como parecen.

Siempre que pienso en ti
termino en medio del sol o en el borde de la luna.
Frente a frente entre mis manos
con letras negras y azules
fuera de mí y al interior de toda mi oscuridad.

En algún ángulo de mis ojos
trato de ver tu rostro en mi rostro
...Apenas veo tus imágenes labradas en los surcos de mi rostro.
Has hecho de mí
un dulce desparpajo en mi pelo.
Porque tú eres mi llamado
y yo soy tu única respuesta.

Has hecho de mí un perro-ciego
vagando en el bosque de tus sueños
…Y te escucho
como una guitarra que flotas en la oscuridad de las estrellas.
Te veo en las líneas de mi piel.
Te adivino al centro de mi respiración
en la periferia de un instante, en la orilla de mi boca.

Has hecho de mí un náufrago cadáver al fondo de mis ojos.
En una pena que sube por mis párpados.
En algo que camina y cae en el borde de la poderosa fatiga de las palabras.
Pero también eres
una pausa en la guerra de mi vida.

Has hecho de mí
un bufón en el ajedrez de mis conquistas.
Una lanza oscura y muda en la punta de mis victorias.
Una lucha que cuelga bajo las aguas llenas de tú nombre.

Has hecho de mí
un combatiente de tus banderas.
He sido un tirano en las telas de tu nombre.
He visto tu nombre prendido en el filo de los cielos.
No he sido benevolente con ningún paraíso que me ha negado.
He saqueado hasta los extremos
todos los oasis que se han perdido en lo profundo de mis dedos.
He roto todos los anillos del sol.
Me declaro inocente y culpable de las vocales del ahogo.
Declaro mi oficio e imprecisión en el silabario de los segundos.
Destaco mi labor, en la densidad de las fronteras.
En la nebulosa de los círculos. En la marea de los ángulos.
A la altura de las piernas, al final de la razón.
Si alguien no me cree
...Qué bueno que lo haga!

...Pero con la imagen de un amante entre las estrellas.
He sido más que un infiel.
En la buganvilia de los besos.
En la transpiración de las arenas.
En la penitente llovizna.
En la devoción del frío.
En la sequedad de los riñones.
En el ácido caudal de los músculos.
Para fugarme en el pan de aquellos pechos que vienen a mí cuando te pienso.
En el bajo-relieve de su boca.
En la escultura de sus labios.
En la radiografía-suavidad de sus clavículas.
En el temblor y la pausa de sus olores.

Has hecho de mí un odiado-bien y una maldita medicina.
Un huérfano de sábanas.
Un amante de brocha gorda.
Un ebrio secreto volando tras la resurrección del silencio.
Una serpiente morada en los cabellos de tu cielo.

Has hecho de mí
Un adivino de las nubes.
Un murmullo en el bosque.
Una muralla de lobos marinos levitando en los acantilados de mis sueños.
...Eso soy de ti;
Un protocolo de mentiras y verdades.
Un embajador de la ilusión.
Un chamán de tus benditas prácticas.
Un destartalado destilador de voces navegantes a tu servicio.
Un potro solitario y perdido detrás de la letra de tus piernas.
Un esclavo ciego buscando el tesoro de tus bellas palabras que me salvan
Y no me dejan morir en la paz de los días.

Has hecho de mí, un ser vulnerable si no te tengo.
Un suspiro de viento-frío paralizando mi locura y mi memoria.
Has hecho de mí, un afortunado regalo colgando de tus ondulaciones.
Me he quedado sembrado bajo tus pies, descifrando tu empeine y mi destino.
Nadando en la griega geografía de tu pelo.
Has guiado mi mano con tu invisible beso.
Me has lanzado hasta la media luna de tu cuerpo.
He resbalado en el empantanado tobogán de tus caprichos.
He digitado la sal de tu aliento
sin decir ninguna palabra que me incendie para siempre.
He escrito mi nombre en las mejillas de las nubes.
He latido mi furia y un pálpito-terciopelo me ha bañado en su luz.
Me re-pierdo en tu vientre de estrellas.
Me re-nazco y me embriago en tu oscuro laber-tinto.
Peinas mis penas y mis amores.
Me cocinas en tus costillas.
Bebo del vaso de tu cintura.
Lamo mi rostro en tu corazón de papel.
Me ahogo en el blanco barco de tu cuello.
Juro lealtad a tu sonrisa y apago en ti mis oraciones.
Para que suave-mente... todos tus dioses y sus amores me ven-digan.


Rodrigo Barrera San Martín

Una moto en la ciudad… esa es su biografía.



NATURALEZA

Desde la tierra, húmeda, suave pero fuerte, se levanta hacia el divino, a través de tu piel, empezando por tus pies, subiendo por tus muslos, entrando por tus venas,
recorriendo cada músculo, acechando a cada hueso y acercándose lenta pero sin pausas,
ni tapujos, hacia la hoguera que me suele cobijar, calido, tierno, suave.

Miro tus ojos, llenos de selva rebelde, de colores tierra y madera,
que me invita a invadirla cada vez mas,
a explorarlos como lo hace la niebla matinal en los cerros, acrecentándose en cada pestañeo,
con cada jadeo, en cada rasguño que provoca este mundo dentro del universo.

Tus manos que me envuelven imitando a mi piel que te quiere,
inundando todos los colores, rebalsando el mar,
enloqueciendo a mi alma y mí respirar, que están hechos de segundos,
tan inocentes y tan nebulosos.

mi boca, ansiosa y llana a conocer, una vez mas, tan profundo legado de épocas,
desde la misma Eva hasta este futuro inconcluso que me desespera.
Sabor a infierno y miel, provocadora de sed, paleolítico obedecer,
que me llama a rozar tu piel, a quemar las nubes, a encender la luna.

Mezcla de rayo y ondas de mar que me desfallecen y me cansan,
que me hacen caminar en un pantano de odiosos kilómetros,
sombra de placidos senderos, que al entrar y salir de ellos me acercan y me alejan,
me frenan, me empujan convertido en lobo y cerdo.


Frenético Sadoencuentro

Parado al fondo de mi pieza,
regándome la vista la luz de calle,
los silencios apoyándome,
miro tu foto y me quemo por dentro,
me quiebro los dedos,
me saco las uñas y me abro el cerebro.

Me enciende el momento, reitero, egoísta pretexto.
extraigo mis dientes uno a uno, cada vez mi cuerpo mas rancio, mas lascivo.
la sangre que brota, me transporta cada vez más
al encuentro mental de nuestras carnes,
mi sector de desenfreno transformado,
muy siniestro, la mugre me abraza debajo del suelo,
esa cama inconciente, desarmada, fría, al contrario de lo que siento.

El olor de mi sexo, se impregna en el todo de este incontenible festejo.
pasan las horas, llenas de hambre
y vuelvo a mirarte, te observo callado, casi en trance.

Tu figura que me grita, mi vicioso argumento,
tomo mi pelo y me lo saco, a tirones cada vez crece este sadoencuentro.

Mi ropa, que se cae con todos los movimientos,
queriendo reventar mi cuerpo, continuo sintiendo,
me abro la piel, entregando los rosados colores de músculos
y entrañas que gozo al soñarte, que sufro al desearte,
que me deshago por ahogarte en mis gástricos sonidos de dolor por besarte,
de tenerte en mi lecho para desahuciarme.

Tu foto tranquila, tus pechos al aire, me imagino tu olor,
tus piernas abiertas llamándome,
desesperado ya me oxido y empiezo a calmarme.
Cierro mis ojos y estoy en el aire,
todo desaparece solo recuerdo ese vicioso romance.


Licor de Amor

Siento mi boca
apoderarse de tus suspiros,
entre jadeos,
entre gemidos.

Siento en mi piel
el torrente de tu pasión,
siento en mi interior
el licor del amor.

Comparto contigo mi lecho,
eres parte de mi recuerdo,
te siento pecho a pecho,
mientras habitas en mi cuerpo.

Siento e imagino
estertores de tu cuerpo,
que quieren derramarse,
con el fuego de mis besos.

Y una hoguera devorando
mis mas bajos deseos,
tus áreas se prolongan
hasta lo oscuro del deseo.

Comparto contigo mi lecho,
eres parte de mi recuerdo,
te siento pecho a pecho,
mientras habitas en mi cuerpo.




David Muñoz Salazar

Bibliotecario. Siempre escapando y también desperdiciando las oportunidades de dar a conocer mis poemas y escritos. Por primera vez aparezco emergiendo desde los oscuros confines del universo paralelo de los poetas y escritores no publicados. No hay mucho que contar, sólo que escribo para que no se me contamine el alma, para no quedar tirado en medio de una calle, con una angustia inmensa sobre cosas que aun no entiendo, pero que aparecen y me obligan a escribirlas en papeles sueltos, celulares y boletas del comercio. Sólo sé que mi poesía no es experta, que sólo nacen y me inspiran las mismas penas y traumas que a todos los poetas. Que me mueve la venganza, que me acosa el dolor, las travesuras de una generación que se pierde en el glamour barato de una pista de baile, las noches locas, el nihilismo liberal, la boca tenue de mi mujer y la sonrisa inmensa de mi hija-morena-belleza-solitaria. Tengo 34 años, algo perdidos, algo intensos, pero siempre alejados de las grasas saturadas, el fútbol y las ganas de saber que pasará si me dejo caer hacia el vacío. Aunque la tentación es grande.



Aire en tus Ojos

El Aire de tus Ojos
Late como un día cualquiera
Sin prisa
Con pasos azules y alargados
Que dejas como un fuego
Que florece
En Millones de alegrías y susurros
Como un don que nace de tu risa
Que contagia con su fuerza natural
- la energía que ordena la materia -
Que hace del día
parte de la carne del calor
y alma de mis noches
Que duerme y cuida el aire de tus ojos.
Cuando pienso en ti
Renaces lentamente a mi costado.


Nada se Acerca

Solo consigo estar contigo en noches solitarias
Cuando nada está cerca
Entonces tú dibujas una mano
y me la entregas por debajo de mi ropa...

Solo consigo estar así
Cuando me enturbia la tibieza del verano
y me extravía

Entonces me concentro en cambiar el sentido de las cosas
Que mi mente anule el sillón en que nos sentamos
O se altere para bien la estructura del amor en que dormimos...
Y yo dibujo un beso con tu ropa
Y te lo entrego


Esa Boca

Abriré mi boca a puro grito
Que se parta como flor en su celo maldito
Para que muerda el frío con la lengua
y germine botada en cualquier parte
en algún sitio...
Sola
Como adormecida de gritar tanto
Con sus labios rojos
Abiertos
Partidos
Que te llama
Que te vengas
Al mismo Tiempo de todos los lugares
Hablando tonterías algo inútiles
Que me dicen que el amor es otra cosa
Como un dolor...
Como tu aroma...
Como tu sombra llorando
Con sangre de narices...
Tú eres Yo

Cruzas como luz el nocturno aire cansado
Y delicada te mueves como el cielo
Me atrapas
Y desarmas tu furia sobre mí
- Una torre de caídas, llantos y lamentos-
Después me besas con la fuerza acostumbrada

De tu mirada pálida
Nace una vida vulnerable
Que se baja del viento...
Me arropa
Me toca la frente, todo el cuerpo
Me recuesta sobre el piso de tu casa
Y sobrevivo por la gracia de tus ojos rectos

Ahora casi siempre estamos juntos
Vamos al cine a refugiarnos
Nos confundimos con la gente
Con el alma boca arriba
Para ver debajo de los muebles
Los edificios, las personas
Para oír detrás de las paredes
La caída de velas estrelladas
El impulsivo crepitar de nuestros cuerpos.
Poetas en la Ciudad Erótica

1 comentario:

  1. Felicitaciones Damaris Arriagada.
    Es bello leerte.
    Mi correo es el moigomez9@hotmail.com
    Escríbeme.

    Mónica Gómez
    Escritora y Gestora Cultural

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